La gira del presidente estadounidense, Barack Obama, culminó este miércoles con el fin de su visita a El Salvador, opacada por las protestas que se llevaron a cabo en el país centroamericano contra los bombardeos en Libia y que encabeza Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.
Así lo informó la enviada especial de teleSUR a El Salvador, Adriana Sívori, quien señaló que las manifestaciones en rechazo a la visita del mandatario estadounidense se vieron a lo largo de dos días.
Sívori señaló que los salvadoreños no sólo protestaron por las agresiones imperialistas de Estados Unidos contra Libia, también expresaron su malestar porque Obama visitó la tumba del arzobispo salvadoreño y mártir de la guerra civil, Óscar Arnulfo Romero y Galdámez.
Sívori añadió que los manifestantes se reunieron en la plaza central de San Salvador, símbolo de la ciudad, para protestar por la visita del jefe de Estado norteamericano.
La periodista recordó que monseñor Romero fue asesinado en 1980 por escuadrones de la muerte por ser ícono de la defensa de los Derechos Humanos de los salvadoreños.
Muchas organizaciones de Derechos Humanos señalan que el Ejército salvadoreño asesinó al arzobispo con ayuda de Washington.
En 1993 la Comisión de la Verdad, organismo creado por los Acuerdos de Paz de Chapultepec para investigar los crímenes más graves cometidos en la guerra civil salvadoreña, concluyó que el asesinato de Monseñor Oscar Romero había sido ejecutado por un escuadrón de la muerte formado por civiles y militares de ultraderecha y dirigidos por el mayor Roberto d'Aubuisson, (fundador del Partido ARENA) y el capitán Álvaro Saravia.
Saravia, residente en los Estados Unidos, confesó en una entrevista periodística su participación junto con importantes miembros empresariales del país, señalando a Mario Ernesto Molina Contreras, hijo del ex-presidente Arturo Armando Molina y a Roberto d'Aubuisson entre otros.
Las promesas de Obama
La enviada especial de teleSUR reportó que Obama antes de culminar su visita a El Salvador, prometió que su país dará 250 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico en la región centroamericana.
Además, “habló de una reforma migratoria, pero no mencionó nada en concreto sobre el tema como esperaban muchos”, indicó la periodista, “tomando en cuenta que viven más de dos millones de salvadoreños de forma ilegal en Estados Unidos”, dijo.
En las protestas, la población también demandó que el dinero que Estados Unidos utilizó para financiar la guerra en la nación centroamericana, fuera revertido ahora para los más de dos millones de inmigrantes salvadoreños en Estados Unidos que piden su legalización.
Para analistas internacionales como Jean Guy Allard y la abogada Eva Gollinger, la gira latinoamericana que emprendió Obama desde el pasado sábado por Brasil, Chile y El Salvador fue un fracaso y una “reedición de la política imperialista” de Washington.
Este martes, en rueda de prensa en El Salvador, Barack Obama defendió nuevamente la participación militar de su país en los ataques colonialistas contra Libia, pese a los costos humanos y financieros.
Aseguró que su país no llevará “la delantera” en los operativos que buscan lograr la “transición” en el país norteafricano.
El también premio Nobel de la Paz aseguró en El Salvador, última escala en su gira latinoamericana, que desde el primer momento de la operación militar en Libia estaba consciente de que podrían haber bajas “y dije que no habría ninguna operación militar que no tenga riesgos, siempre la decisión de ir a una guerra es la más difícil que me toca tomar como Comandante en Jefe (de las Fuerzas Armadas) y Presidente de Estados Unidos”.
El pasado domingo, al menos 19 aviones estadounidenses, entre ellos tres bombarderos furtivos B2 ("Stealth bomber"), atacaron objetivos en Libia. El bombardeo fue ejecutado por tres B2 de la Fuerza Aérea estadounidense, así como por aviones F15 y F16 de la Fuerza Aérea, y por un AV8-B Harrier del cuerpo de Marines.
Decenas de vehículos militares del líder libio, entre ellos tanques, fueron destruidos por bombardeos aéreos al oeste de Benghazi, bastión de los insurgentes.
Las agresiones armadas de las fuerzas extranjeras han cobrado la vida de casi un centenar de personas y han generado más de 200 heridos, según la televisión nacional Libia
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