sábado, 16 de abril de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
Uribe molesta a presidente Santos
La semana entre el presidente Juan Manuel Santos y el ex mandatario Álvaro Uribe estuvo tan especialmente saturada de tensiones, que el viernes Santos no aguantó más y explotó cuando sin mencionar nombres se comprometió a que cuando él sea ex presidente se dedicará a la academia y no a “molestar” al jefe de Estado de turno.
Fue durante el foro “Reformas exitosas y sistemas educativos de alto desempeño”, donde Santos aseguró: “Posiblemente me verán, después de esta responsabilidad que el pueblo colombiano me dio, dictando clase como ex presidente y no molestando a los presidentes de turno”. Esa también sería su condición, según dijo, en caso de haber perdido las elecciones frente a Antanas Mockus.
La reacción del presidente ocurrió tras una oleada de cuestionamientos de Uribe. Primero, el ex mandatario salió a desmentir la versión de que ya no hay campamentos de las FARC en Venezuela, como lo dijo Santos en entrevista con Televisión Española.
El pasado miércoles el ex presidente la cogió contra el programa Desarrollo Rural con Equidad, que reemplazó a Agro Ingreso Seguro. Escribió: “Tanto que lo desacreditaron y solamente le cambiaron el nombre”.
El jueves Uribe se manifestó en Twitter contra la decisión del gobierno de extraditar a Walid Makled a Venezuela y no a Estados Unidos: “Interés de USA en llevar a Makled a juez de USA es anterior a solicitud formal de Venezuela”.
Frente a la declaración de Santos, Uribe tampoco calló: “A muchos nos duele la violencia, otros la aprovechan para su ascenso político”.
Como si fuera poco contrapunteo,este viernes en un foro ideológico en Ibagué el excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo sostuvo que desde el gobierno Santos se está orientando una política deliberada para borrar del mapa político al uribismo. “El uribismo ganó las elecciones y perdió el gobierno”, agregó.
Las reacciones no se hicieron esperar. Para el senador Armando Benedetti, el presidente Santos busca clarificar unas posiciones y delimitar ese tipo de poderes. La presidenta del Polo Democrático, Clara López, sostuvo que “es una petición de que lo dejen existir, de que lo dejen hacer las cosas a su manera”.
miércoles, 13 de abril de 2011
martes, 12 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
Cuatro mujeres con velo, detenidas en Francia el día de su prohibición
La Policía francesa ha detenido a tres mujeres con velo - una con burka, otra con niqab y la tercera con hiyab - delante de la catedral de Notre Dame, en el centro de París, según pudo constatar la agencia Efe en el lugar.
Otra mujer fue arrestada en la estación de tren de Avignon cuando iba a coger el convoy, el primer día de la entrada en vigor de la ley.
La detención se produjo en el transcurso de una manifestación en contra de la prohibición del uso del burka (velo integral islámico) en lugares públicos en Francia, medida que entró hoy en vigor en Francia.
La manifestación había sido convocada por la asociación "No toque mi constitución" y reunió a un número indeterminado de personas delante de la catedral, lugar al que acudieron numerosos periodistas y donde había, como es habitual, muchos turistas.
Un portavoz policial aseguró que los arrestos no se produjeron por la vestimenta de las mujeres -el niqab deja ver los ojos y está afectado por la prohibición, pero el hiyab deja libre el rostro- sino porque no habían pedido permiso para manifestarse.
La asociación convocante aseguró que había solicitado los permisos necesarios, pero que la Prefectura se lo había denegado e invocó para ello la entrada en vigor de la ley.
Multas y cursillos para las infractoras
La prohibición del velo integral que cubra todo el rostro en cualquier espacio público, incluida la calle, comienza a aplicarse hoy en el país en virtud de una ley que impone multas y cursillos de ciudadanía para las infractoras, y penas de cárcel para quienes les obliguen a llevarlo.
La ley adoptada definitivamente el pasado mes de octubre sin apenas oposición parlamentaria, pero tras un debate ampliamente mediatizado,había fijado un periodo de seis meses antes del comienzo de la aplicación de las sanciones.
Formalmente su objetivo es impedir que cualquier persona vaya con el rostro escondido en los espacios públicos -la calle, pero también edificios administrativos, comercios, restaurantes, salas de espectáculos, centros escolares o al volante de un vehículo-, pero la voluntad del legislador era proscribir el burka y el niqab.
Llevar esas vestimentas podrá ser objeto de una multa de 150 euros y/o un curso de ciudadanía, pero sobre todo la idea es castigar mucho más severamente (con penas de cárcel de hasta dos años y multas de 60.000 euros) a quien obligue a una mujer a ponérselas.
Francia estrena hoy la ley que prohíbe usar el velo integral
A partir de hoy, no debería poder verse a ninguna mujer con velo integral en las calles francesas. Pasado el tiempo de la reflexión, ha llegado el de la aplicación del veto, aprobado el pasado otoño por el Parlamento tras más de tres años de acalorado debate. La legislación dejó entonces un periodo de pedagogía de seis meses. Cumplido el plazo, son ahora los agentes de seguridad los encargados de velar por aplicar la norma de la forma más adecuada.
Para responder a las numerosas dudas prácticas, el Ministerio del Interior ha enviado una circular que sirve de modo de empleo. Pese a todo, los sindicatos de policía advierten de las dificultades de aplicación y consideran "inevitables" los incidentes.
La ley prohíbe llevar cualquier vestimenta que "disimule el rostro y por lo tanto haga imposible la identificación de la persona", recuerda la circular de nueve páginas firmada por el ministro del Interior, Claude Guéant. La multa será de 150 euros. El documento, que en ningún momento menciona directamente al velo integral -esencialmente niqab y burka- que visten algo menos de 2.000 mujeres en el país, estipula que no se ven afectadas por la medida ni el uso de pañuelos, gafas o bufandas, siempre y cuando no dificulten la identificación.
La segunda aclaración que realiza es la del ámbito de aplicación. La legislación prevé que el veto se extienda a todo el espacio público, incluida la calle. Quedan descartados los domicilios privados, las habitaciones de hoteles, así como los locales de las asociaciones y empresas que no estén abiertos al público. En cuanto a los coches, el interior del vehículo releva del ámbito privado, pero el uso del velo integral conduciendo puede ser sancionado por peligroso.
En caso de encontrarse a una infractora, los agentes deberán "invitar a la persona a mostrar su rostro para controlar su identidad (...) y poder establecer un acta de multa". En caso de que esta se niegue a retirar la vestimenta para ser identificada, los agentes tendrán que explicarle con "persuasión" que se expone a ser llevada a comisaría. Esta opción no debe suponer más que un "último recurso". En cualquier caso, los policías o gendarmes carecen de la autoridad para obligar a la persona a retirar la prenda a la fuerza.
"Una vez más serán los policías en el terreno los que tendrán que gestionar una situación que no va a ser fácil", advierte Philippe Capon, secretario general del sindicato UNSA de la policía. "La persona que escoge llevar el velo integral lo hace por compromiso y no creo que un funcionario de la policía sea el que consiga hacerle ceder", añade con resignación. "Además, tenemos otras cosas que hacer, nuestra misión es asegurar la tranquilidad y la seguridad de los ciudadanos... Le aseguro que el lunes y el martes no se va producir una caza a la mujer con burka", concluye.
La circular introduce también un matiz interesante: recomienda a los agentes hacer prueba de tolerancia en los alrededores de los "lugares de culto" y evitar así dar la sensación de restringir la libertad religiosa. Pero la definición de esta suerte de zona transitoria queda abierta a la libre interpretación del policía. "¿Dónde acaba esa zona? ¿En la parada de metro, la del autobús?", interroga Capon.
Pero sobre todo, los sindicatos temen que la aplicación de la ley dé lugar a situaciones de enfrentamientos, en particular en zonas sensibles y de mayor concentración de población musulmana. "Tarde o temprano estaremos en portada de la prensa porque habrá algún tipo de incidente grave, es inevitable", advierte Capon.
Kenza Drider, una joven madre francesa de 32 años que participó en el debate parlamentario sobre la prohibición, asegura que no se negará a ser identificada pero que no abandonará su niqab. "Seguiré llevando mi velo como antes, no pienso cambiar nada de mi vida", explica. Dice que casi está deseando que la verbalicen para poder recurrir, sola o con otras mujeres afectadas, ante la justicia europea. "Como francesa no tengo ninguna gana de que mi país sea condenado, pero no me queda otra opción si quiero que se respete mi libertad de religión".
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