El secretario de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, manifestó este martes su preocupación por la entrada de tropas extranjeras al Reino de Bahrein, nación del Golfo Pérsico de Asia. La acción es respaldada por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Además, Ban también mostró su angustia por el incremento de la violencia en la mencionada nación.
Las inquietudes del funcionario fueron expresadas a través de un comunicado, divulgado por el vocero oficial en la sede de la organización mundial en Nueva York, Estados Unidos.
La nota oficial advierte sobre la creciente violencia en Bahrein y su consecuente saldo de víctimas civiles, en manifestaciones en contra del Gobierno.
Ban Ki-Moon criticó el ingreso de tropas de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos, patrocinadas por el mecanismo regional de cooperación, en territorio de la monarquía Al Khalifa.
Naciones Unidas está en contacto con el Gobierno y el sector opositor en Bahrein, indicó la misiva, en donde también el representante de la ONU ratificó su confianza en los medios pacíficos para salir del problema y garantizar la unidad y estabilidad. En este sentido, Ban llamó a evitar el uso de la fuerza.
Insistió en la necesidad de instalar una mesa de diálogo nacional, con la finalidad de buscar un reparo a la crisis, con el respaldo de los países vecinos y de la comunidad internacional.
Las fuerzas sauditas, que están integradas por unos mil soldados y más de 100 carros militares, entraron este lunes en el mencionado país árabe a solicitud de la monarquía, con el objetivo de enfrentar las protestas antigubernamentales.
Los efectivos forman parte de la fuerza común del CCG, llamada “Escudo de la Península”, y su ingreso fue transmitido por los medios locales de Bahrein.
“Las fuerzas del Escudo de la Península llegaron a Bahrein (...) para ayudar a garantizar la seguridad de los ciudadanos, de los residentes y de las infraestructuras vitales”, indicó un comunicado de las autoridades del Reino de Bahrein.
Sectores de la oposición, por su parte, han denunciado la presencia de militares extranjeros como una “ocupación flagrante”.
Las manifestaciones en contra del Gobierno comenzaron el pasado 14 de febrero, y hasta el momento los disturbios han dejado un saldo de siete opositores chiítas muertos.
Al menos siete partidos opositores señalaron que “el pueblo de Bahrein enfrenta un peligro real: el de una guerra contra los ciudadanos bahreiníes sin declaración de guerra”.
Arabia Saudita es el líder del CCG, organización que agrupa las monarquías árabes del Golfo, de las cuales forman parte Bahrein y Emiratos Árabes Unidos y que incluye también a Qatar, Omán y Kuwait.
Emiratos Árabes Unidos también enviaron "unos 500 policías" para “ayudar” a las autoridades a restaurar el orden, anunció en París el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos, el jeque Abdalá ben Zayed.
Zayed hizo las declaraciones antes de reunirse con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
Desde Estados Unidos, entonces, el vocero de la Casa Blanca, Tommy Vietor, pidió “respetar los derechos” de los habitantes de Bahrein.
“Exhortamos a nuestros aliados del CCG a la moderación y a respetar los derechos de los bahreiníes y a actuar para favorecer el diálogo en lugar de impedirlo”, indicó Vietor.
La intervención extranjera en el Reino de Bahrein se da luego de una movilización de chiítas, que el lunes bloqueaban los accesos al centro de Manama (capital), donde se encuentran el barrio de negocios y los edificios públicos, informaron las agencias de noticias internacionales.
La capital se encuentra paralizada por una huelga general, convocada por los sindicatos, en rechazo a la represión de las manifestaciones.
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