La justicia de Cuba condenó a 15 años de prisión al contratista estadounidense Alan Gross, a quien encontraron culpable de delitos contra la Independencia y la integridad territorial de la nación caribeña.
Tras un juicio que duró dos días, la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Popular de La Habana impuso la sanción al estadounidense.
La corte afirmó que contaba con las pruebas periciales, testificales y documentales que determinaban la participación de Gross en un proyecto subversivo creado en Estados Unidos (EE.UU.) para perjudicar la isla.
“Se demostró la participación directa del contratista estadounidense en un proyecto subversivo del Gobierno de Estados Unidos para tratar de destruir la Revolución (Cubana) mediante el empleo de sistemas de infocomunicaciones fuera del control de las autoridades”, indicó un reporte de la Televisión Cubana.
Durante el procedimiento judicial, Gross admitió que fue utilizado y engañado por la compañía Development Associates International (DAI), empresa contratista de la estatal Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid, por su sigla en inglés).
Esta agencia es subordinada al Departamento de Estado, que se encarga de programas de desestabilización política contra gobiernos en América Latina y otras partes del mundo.
“El objetivo era promover planes desestabilizadores contra diversos sectores sociales”, agrega el texto.
Gross pretendía emplear sofisticadas tecnologías para crear redes clandestinas de infocomunicaciones, fuera del control de las autoridades cubanas para gestar provocaciones contrarrevolucionarias.
El estadounidense de 61 años, fue arrestado en La Habana el 3 de diciembre de 2009 después de llevar a la isla equipos de comunicación destinados a miembros de la comunidad judía, y sólo 15 meses después las autoridades hicieron públicos los cargos en su contra.
En el juicio, Gross acusó a la DAI de haberlo puesto en peligro y conducirlo a su situación actual; de arruinar la vida y la economía de su familia.
El inculpado hizo una declaración libre y respondió preguntas del fiscal, de la defensa y el tribunal sobre los hechos que se le imputaron.
Además del testimonio de Gross, se tuvieron en cuenta las declaraciones de 10 testigos, nueve peritos con 26 informes periciales, el informe del instructor, además de abundantes pruebas materiales y documentales presentadas por la Fiscalía de Cuba.
En la vista oral estuvieron presentes la esposa de Gross, abogados estadounidenses y representantes consulares de la Sección de Intereses de Washington en La Habana.
Desde el momento de la detención de Gross, el presidente de Cuba, Raúl Castro, ha sostenido públicamente que el gobierno de Barack Obama intentó enviar al acusado a la nación antillana para suministrarle a la contrarevolución sofisticados medios de comunicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario