El ministro de Exteriores saudí, Saud al Faisal, ha amenazado con “cortar el dedo” de quien se entrometa en los asuntos internos del país, en una rueda de prensa en la sede de su Ministerio en La Meca, en el oeste del reino. “Nosotros no nos metemos en asuntos ajenos, así que no aceptamos que nadie se meta en los nuestros”, ha advertido Al Faisal, según la agencia de noticias estatal saudí, SPA.
Al Faisal ha agregado que el diálogo es la mejor manera de conseguir las aspiraciones de los ciudadanos saudís, “sean del norte, sur, este u oeste” y ha recordado que la Asociación de Investigaciones y Fetuas ha emitido un edicto que prohíbe las manifestaciones.
Asimismo, ha reiterado el interés del Gobierno en proteger a la patria y a los ciudadanos, y respetar sus derechos. Al Faisal ha hecho estas declaraciones después de que el pasado día 6 22 personas fueran detenidas por participar en una manifestación en la provincia oriental de Al Qatif para pedir la puesta en libertad de nueve presos chiís.
Los precedentes de Túnez y Egipto.
Un día antes, el Ministerio del Interior saudí había anunciado que adoptaría todas las medidas necesarias para impedir la organización de protestas en este país, el primer exportador mundial de petróleo. Existe el temor en Arabia Saudí de que se reproduzcan revueltas populares como las de Túnez y Egipto que han acabado con los regímenes del tunecino Zine el Abidine ben Ali y el egipcio Hosni Mubarak.
Desde hace años, las áreas con mayoría chií, como las provincias de Al Ahsaa y Al Qatif, en el este del reino, se quejan de la marginación legal que sufren, ya que los chiís no pueden ingresar en el Ejército, el Ministerio del Interior y el de Exteriores, entre otros.
En cuanto al conflicto en Libia, Al Faisal ha subrayado que proteger a los libios y poner fin al derramamiento de sangre es un asunto propio de la Liga Árabe, y que no se pueden comparar los problemas de cada país porque cada uno es diferente de otro. Además, ha pedido a las autoridades libias que respeten la voluntad de su propio pueblo.
A pesar de sus advertencias con respecto a su no injerencia en asuntos internos de otros países, durante las últimas semanas diversas fuentes apuntan a que Estados Unidos estaría negociando que Arabia Saudita sirva de puente para entregar armas a la oposición libia.
Por otra parte, muy cerca de los lugares santos de Arabia Saudita, Estados Unidos tiene sus bases militares desde donde se ataca o por lo menos monitorea a otros países islámicos. Esto, para el pueblo saudita es inadmisible y es ferozmente antioccidental. La gente ve a sus aristócratas como títeres gringos.
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