Stacie Crimm, una mujer de 41 años, falleció luego de renunciar a seguir recibiendo quimioterapia para poder dar a luz a su hija.
A Stacey le habían diagnosticado un tumor cerebral cuando se encontraba en plena gestación y la única manera de salvarse era someterse a tratamiento de quimioterapia que, sin duda, afectaría a su bebé.
La mujer, que duró largos años tratando de quedar embarazada, prefirió seguir adelante con su embarazo y renunciar al tratamiento, a pesar de que con ello arriesgaba su propia vida.
En agosto, Stacey se desmayó y el corazón del bebé dejó de latir por unos momentos, por lo cual los doctores decidieron hacerle una cesárea de emergencia.
La pequeña Dottie nació pesando menos de un kilo y pasó varios días en una incubadora, mientras que su madre se debatía entre la vida y la muerte en una unidad de cuidados intensivos.
Veinte días después, Stacey se despertó y pidió conocer a su bebé y a los tres días falleció. Ahora, Dottie salió del hospital y vive con sus tíos en su nuevo hogar.
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